La divisa del poder
Por: Adrián Trejo
Correo: engranev@yahoo.com.mx // Twtter: @adriantrejo

Han sido tantas y tan duras las críticas que ha recibido el Gobierno federal por su decisión de cancelar la ayuda a los refugios para mujeres víctimas de violencia familiar, que no tuvo otra que salir a ofrecer un programa casi emergente para matizar la crítica.

La directora del Inmujeres, Nadine Gasman, y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, anunciaron que se busca la forma de eficientar la entrega de recursos a esos centros, de los cuales había 70 en todo el país, “pero sólo 20 de ellos con grado de excelenciaÔÇÖÔÇÖ, según la ex ministra de la Corte.

El caso es que entre la mucha palabrería que se dijo ayer y que no dejó conforme a ninguna de las organizaciones civiles involucradas en la defensa de mujeres violentadas, saltó la propuesta de Gasman.

La directora del Inmujeres aseguró que, dado que el fenómeno de la violencia contra las mujeres ocurre en todo el país, “se estudiabaÔÇÖÔÇÖ que los recursos ÔÇôhasta ahora congelados- para los refugios fueran entregados a los municipios, en lugar de a las víctimas.

La explicación medio cantinflesca es que todos los niveles de Gobierno deben estar involucrados en una estrategia nacional contra la violencia de género, y si no se comienza con los municipios, pues no habrá forma de que prospere.

Así que, si esta decisión se concretara, tendríamos que los 300 millones de pesos que se destinaban a esos refugios se dividirían entre los dos mil 458 municipios que tiene el país.

El resultado es que a cada municipio le correspondería una bolsa de 122,050.44 pesos, que como se ve no alcanzaría para nada.

El programa anunciado ayer durante la conferencia mañanera responde a la urgencia de salir al paso de la crítica y no a una estrategia bien planeada y diseñada para abatir la violencia de género que, según los últimos datos serios disponibles, le cuesta la vida diariamente a 10 mujeres.

Una ocurrencia más.
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Si no fuera trágico, sería cómico.

Ahora resulta que el vocero de la fracción de Morena en el Senado, Salomón Jara, anunció que presentarán una iniciativa para “regularÔÇÖÔÇÖ a las empresas calificadoras.

Se trataría de darle a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores facultades para “sancionarÔÇÖÔÇÖ, es decir, revocar autorizaciones para operar en México, cuando las agencias “no actúen con transparencia, objetividad, independencia, autenticidad y veracidadÔÇÖÔÇÖ.

Es decir, cuando sus calificaciones no favorezcan al actual Gobierno.

Jara no sólo peca de nacionalista, sino de inocente.

No sabe que sin calificaciones no habrá inversionistas que quieran arriesgar sus recursos en el país, y tampoco habrá quienes deseen adquirir los bonos de deuda que emiten tooodos los países.

Sin calificaciones, México no puede acceder al crédito internacional, es decir, el país quedaría en la indefensión económica.

¿De verdad, de verdad, no hay alguien en el Senado que los asesore antes de proponer el suicidio económico del país?

Y luego López Obrador culpa al pasado cuando sus propios correligionarios no le ayudan.

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Hoy, hoy, hoy se conocerá (o no) a la próxima integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, si Ricardo Monreal pudo conseguir los seis votos que le faltaban para obtener la mayoría calificada que se necesita para sacar el nombramiento.

Ayer 224 organizaciones y personajes defensores de los derechos humanos pidieron al Senado rechazar la terna y solicitar una nueva al Ejecutivo por sus evidentes conflictos de interés.

La terna será llevada al pleno, y ya veremos si algún senador de oposición se enferma, va al baño al momento de la votación o se ausenta porque su abuelita se murió.

Ya veremos.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.

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