En Bacalar existen mil 200 tomas de drenaje habilitadas, de las cuales, solo 200 están conectadas, de acuerdo con Romel Pacheco, titular de la Dirección de Ecología municipal.
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La cifra resulta aún más preocupante cuando se compara con el total de viviendas en Bacalar, uno de los destinos vacacionales más importantes de Quintana Roo.
De acuerdo con los datos del último Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Bacalar existen 14 mil hogares.
Del total, solo 200 están conectadas al drenaje, lo que representa apenas 1.4 por ciento.
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El resto, las más de 13 familias utiliza fosas sépticas, desde donde se infiltran los desechos hasta el acuífero, que luego darán a la revisitada Laguna de Bacalar y al Mar Caribe.
José Luis Cano, vecino del lugar, explica que con sus propias manos cavó un hoyo en la parte trasera de su casa, lo recubrió con barro, le puso encima una tapa de cemento y lo conectó con el excusado y la regadera mediante un tubo PVC.
INSALUBRE
De a poco, los orines y heces fecales generadas por la familia de José Luis y de los otros 42 mil habitantes del municipio, según siembre el Inegi, se infiltran hasta llegar a la laguna donde se ve regodear a los turistas.
A decir de Romel Pacheco, solo las calles más cercanas a la Laguna de Bacalar tienen drenaje en forma, que es donde se concentran los hoteles y restaurantes del lugar.
La falta de infraestructura se debe no solo al desinterés, sino a las complicaciones, puesto que Bacalar es de los pocos puntos de Quintana Roo con geografía accidentada, con lo cual el sistema de gravedad no puede funcionar.
Lo que se necesita, de acuerdo con Alejandro López Tamayo, hidrogéologo y director general de la organización Centinelas del Agua, es un sistema de rebombeo, el cual es caro e incosteable para el municipio y el estado.
Ricardo Hernández