Menonitas: un siglo en México entre ruedas, rechazo y TikTok

En sus videos Marcela habla con orgullo pero también sarcasmo sobre la comunidad menonita, que cumple un siglo en México. Tras varias generaciones que rechazaron la rueda o la electricidad, esta joven abraza la tecnología como exitosa influencer.

Marcela Enns, de 30 años, es @menonita_mexicana en TikTok, con unos 358 mil seguidores interesados en sus relatos en español sobre la vida de su comunidad en el municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, adonde llegaron sus ancestros en 1922.

Tiktoker dice ganar el trend a la peor cita

También tiene dos canales en YouTube con contenidos en español y bajo alemán, la única lengua que hablan muchos menonitas.

Desde esas plataformas intenta acabar con el cliché de que todos los menonitas son iguales: una legión ultraconservadora cristiana apartada de la civilización o de fanáticos religiosos.

¡Mi abuelo era muy rebelde!, cuenta. Con esta influencia, su padre fue el primero en la comunidad que envió a los hijos a una escuela pública, y luego a Marcela a Canadá como estudiante de intercambio.

Más allá de sus diferencias, todos los menonitas ¡viven felices tal como están!, señala.

Bienvenida la luz

A 460 km de Cuauhtémoc está la colonia menonita Sabinal, Chihuahua, donde las tradiciones se mezclan con la modernidad tras la llegada, hace cuatro años, de la electricidad, seguida de la llanta, los celulares e Internet. Nadie tiene televisor.

Gracias a que algunos jóvenes podían acceder a la red, los pobladores descubrieron en 2020, que el mundo enfrentaba una pandemia. Pacifistas declarados, ahora preguntan a los forasteros si ¡ya terminó! la guerra en Ucrania.

La comunidad, fundada hace 30 años, llegó a tener unos dos mil pobladores, pero los artefactos modernos ahuyentaron a la mitad hacia el lejano Campeche.

¡Se fueron, que no querían la luz(ÔǪ) Y los demás, pues aquí andan trabajando, la mayoría son jóvenes!, comenta Johan Friesen Brown, de 42 años y jefe de Sabinal.

Los hombres visten camisa a cuadros, overol de mezclilla y gorra; las mujeres, largos vestidos, huaraches y amplios sombreros. Todo confeccionado por ellos.

Jacobo Brown, de 50 años, encargado de la tienda y la quesería que produce una tonelada diaria, está contento con los cambios.

¡Ahorita metemos la luz para regar (la tierra), se riega más fácil. Y nosotros metemos la troca y las llantas al tractor para trabajar más a gusto!, refiere Brown, quien aún no sabe usar el internet inalámbrico.

Peter Harder Friesen, de 31 años, aplaude la electricidad que le proporcionan unas celdas solares en esta zona desértica.

¡Tengo luz adentro de la casa, congelador y todo eso!, dice Harder, quien cultiva algodón ayudado de un tractor.

Se estima que en México hay unos 100 mil menonitas, la mayoría en Chihuahua.

Una historia de inspiración

Aunque sus raíces están en Holanda y Rusia, los primeros menonitas emigraron a México desde Manitoba, Canadá, donde los obligaban a aprender inglés, mientras ellos tienen su propia educación religiosa anabaptista en alemán.

El entonces presidente mexicano, álvaro Obregón (1920-1924), ¡les abrió la puerta!, les permitió tener escuelas y los eximió del servicio militar, explica Lawrence Taylor, historiador de El Colegio de la Frontera Norte. Su vocación agrícola fue clave.

Un siglo después este apego a la tierra convive con una lenta apertura a la modernidad, que en el caso de @menonita_mexicana avanza veloz por su educación familiar.

CITA

Ahorita metemos la luz para regar (la tierra), se riega más fácil. Y nosotros metemos la troca y las llantas al tractor para trabajar más a gusto
Johan Friesen Brown
Menonita de Chihuahua