Tradicionalmente la miel se usa como endulzante natural de bebida y alimentos, sin embargo, sus propiedades para potenciar el sabor están llevando a que este producto milenario sea un condimento a tener en cuenta a la hora de darle un toque especial a los platos salados.

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La reputación de la miel ha crecido a la luz del auge de la gastronomía saludable, gracias a sus virtudes culinarias: sabrosa, rica en azúcares naturales, baja en sal y sin grasas saturadas, además de ser una fuente importante de minerales y vitamina B6, la cual contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico y ayuda a disminuir tanto la fatiga como el cansancio.

 

Si quieres incorporar la miel a tu recetario doméstico de cocinillas, pon toda la atención en las siguientes ideas para maridar tus platos salados con miel y que su sabor explote en tu boca.

 

  1. Salsa de soja y miel

 

Lo clásico pocas veces suele fallar. Esta salsa es perfecta para enriquecer cualquier tipo de plato salado, como carnes o pescados, aunque en los últimos años se ha focalizado hacia el ámbito del sushi y la comida oriental. Además, es muy sencilla de preparar, pues solo necesitarás 5 cucharadas de aceite de oliva, 2 cucharadas de salsa de soja, 1 cucharada de miel y otra de vinagre.

 

  1. Salsa de mostaza y miel

 

En la sencillez está la grandeza. Al igual que pasa con la idea anterior, esta salsa es superfácil de elaborar, ya que no necesita cocinarse ni ensuciar la cocina. De igual modo, para su preparación solo precisarás 2 cucharadas de mostaza de Dijon, 2 cucharadas de miel y el jugo de medio limón. Es ideal para acompañar todo tipo de carnes a la brasa, así como ensaladas, verduras y patatas.

 

  1. Vinagreta de miel

 

La mejor opción para darle un toque diferente a los platos healthy, como ensaladas, dado que esta emulsión puede hacer que sean mucho más placenteros. Para su preparación es necesario mezclar en un bol las 3 cucharadas de miel y 4 cucharadas de vinagre balsámico y, a la vez que se mezclan, añadir poco a poco 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Salpimentar al gusto.

 

  1. Especial para asados

 

Idea para darle un sabor insuperable a los asados de pollo, cerdo y cordero, y posiblemente sea la receta más simple. Para su elaboración solo tienes que disponer de miel y vino tinto a partes iguales, mezclar ambos ingredientes en un recipiente y embadurnar el resultado con una brocha.

 

  1. Salsa agridulce

 

No obstante, si eres más de arroces, también puedes recurrir a la deliciosa salsa agridulce. Para ello, necesitarás 125 ml de agua, 4 cucharadas de vinagre, 5 cucharadas de miel, 1 cucharada de kétchup, sal, 1 cucharada de maicena y 3 cucharadas de agua más (espesar salsa).

 

Coloca en un cazo el vinagre blanco, la miel, la cucharada de kétchup, la sal y el agua. Mezcla bien. Una vez mezclado, lleva el cazo al fuego hasta que la salsa hierva. Si te ha quedado un rojo suave y lo quieres más intenso, puedes añadir un poco más de kétchup. Baja el fuego cuando la salsa empiece a hervir y déjalo así 3 minutos. Después, prepara una mezcla de agua y maicena. Ve añadiendo poco a poco y removiendo esta mezcla para que la salsa no se espese demasiado.