Amélie Oudéa-Castera

La presencia de deportistas transgénero para los próximos Juegos Olímpicos de París 2024, quedará supeditada a lo que resuelvan las respectivas federaciones deportivas internacionales, de acuerdo con la ministra francesa de Deportes y de los Juegos Olímpicos, Amélie Oudéa-Castera.

“Es un asunto difícil y que evoluciona, en el cual navegamos entre dos exigencias, la inclusión y el respeto a la igualdad deportiva”, señaló la ministra al respecto.

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La autoridad francesa indicó que esperarán a que cada uno de los organismos internacionales determinen las normas de sus respectivas disciplinas para establecer criterios sobre la competición o prohibición para este sector social.

En 2004 el Comité Olímpico Internacional aprobó por primera vez la posibilidad de que atletas transgénero pudieran participar en Juegos Olímpicos cumpliendo criterios específicos de formalizar su cambio de sexo legalmente, con operaciones quirúrgicas y terapias hormonales con un tiempo suficiente para minimizar las potenciales ventajas en competencia.

Fue hasta 2015 que el mismo COI modificó sus normativas al establecer que ya no era necesario que los deportistas se sometieran a procedimientos quirúrgicos para cambiar de sexo y quedaba únicamente la normativa en la medición de sus niveles de testosterona, que tenían que estar por debajo de 10 nanomoles por litro, al menos 12 meses antes de la justa veraniega. Si una persona se declaraba bajo el género femeninos no podía cambiar por al menos cuatro años su decisión.

Recientemente la Federación Internacional de Atletismo informó sobre su decisión de excluir a las personas transgénero de competiciones femeninas, con el objetivo de proteger la categoría femenil de sus deportes, evitando con ello las actuaciones de atletas en torneos de mujeres, que hayan tenido una pubertad masculina.

La norteamericana CeCe Telfer y la sudafricana Caster Semenya, han sido de los casos más sonados en el atletismo internacional, al cuestionarse su elegibilidad para competiciones de mujeres.

Procedimientos históricos y controversiales

La evolución para determinar el sexo de los atletas se ha modificado con el paso de los años, partiendo de las pruebas físicas que imponía la Federación Internacional de Atletismo en 1966 desnudando a sus competidoras, para pasar por pruebas bucales desde 1968 para determinar cromosomas sexuales y el gen SRY, ligado al cromosoma Y que es un distintivo natural en los hombres para concluir el sexo de la persona analizada.

Tokyo2020 significó un parteaguas, al contar con la primera participación de una atleta transgénero, en el caso de Laurel Hubbard en halterofilia femenino de 87kg. La neozelandesa participó a partir del reglamento de 2015 con niveles de testosterona regulados, tras una carrera compitiendo en la rama varonil, hasta su confirmación como persona trans en 2013.

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Atletas transexuales reconocidos
Laurel Hubbard – halterofilia
Renée Richards – tenis
Chris Mosier – trialton
Caster Semenya – atletismo
Antía Fernández – voleibol
Izaro Antxia – futbol
Tiffany Pereira – CrossFit
Chloie Jönssonc – CrossFit

En agosto de 2021, en los Juegos de Tokio, la halterófila neozelandesa Laurel Hubbard hizo historia al convertirse en la primera mujer abiertamente transgénero en tomar parte en una prueba olímpica. Cumplía entonces el criterio de clasificación para los Juegos Olímpicos, que exigía una tasa de testosterona mantenida por debajo de 10nmol por litro durante al menos 12 meses.