Viernes Social

Por Julio Patán

Puedes hacer chistes de mal gusto sobre limpiarte el culo con tus calcetines, como el consultor Abraham Mendieta cuando se burla en Twitter del miedo al desabasto.

Puedes repetir que con este Gobierno todo mundo está guardado en casa y lleno de esperanza, como el también consultor César Faz.

Puedes echarle la culpa de todo a las tres administraciones anteriores. Lo que no puedes hacer es desaparecer la evidencia categórica, extendida, de esas colas interminables en las gasolineras.

Y esas colas, me temo, son el síntoma de mucho de lo que está mal en este gobierno.

Está mal, como siempre, la improvisación. Dijo el Presidente que el problema del huachicoleo lo arrastramos desde Fox.

Pues sí. Pero, como con tantos temas, no le dieron los 12 años de campaña para desarrollar un plan, para asesorarse; para hacer algo más que cerrar la llave sin previo aviso. El resultado: nueve estados sin gasolina y el pánico chilango.

Está mal la estrategia de comunicación. Claramente, la conferencia mañanera no alcanza, eso si no es más bien contraproducente.

No basta para calmar a inversionistas, banqueros y empresarios, y no basta en este caso, o más bien: sobra.

Y es que, por ejemplo, no parece muy sensato decir que las colas responden al pánico y acto seguido decir que quién sabe cuándo se van a reabrir los ductos: “a ver quién se cansa primero”, ya sabemos.

Lo que nos lleva a lo otro que está mal: aferrarse. Claro que enfrentar al crimen organizado exige ser “perseverante”, y sin duda es admirable que un gobierno tome cartas en el asunto.

Pero la perseverancia no es tan admirable cuando esa parece ser tu única estrategia, y sobre todo cuando esa estrategia le pasa semejante factura a los ciudadanos.

Y están mal los fichajes clave: el de un ingeniero agrónomo en Pemex para empezar.

De todo eso son síntoma las colas. Porque puedes repetir que la culpa es de las redes, que pasan fácilmente de benditas a malditas, y sobre todo de los medios.

El hecho, sin embargo, es que cada ciudadano que se forma tres horas en la gas porque no vaya a ser, el que tuitea la foto de otra gasolinera sin gasolina, el que protesta en los medios cuando le plantan cámara o micrófono, y vaya que no son pocos, es un ciudadano convencido de que su gobierno, ese que le apuesta a Pemex y las refinerías y los combustibles fósiles, el de las evocaciones cardenistas, el que dijo que sin la reforma energética todo bien y que iba a erradicar la violencia en 24 horas, no es capaz de poner gasolina en el tanque de su coche.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.

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