El precio de la fama
Por: Ana María Alvarado
Twitter: @anamaalvarado

Siempre es un gusto platicar y saludar a Maribel Guardia, una mujer que ha sabido llevar su carrera y lidiar con la prensa, los paparazzi y los malos momentos; aunque a veces se desespera, nunca ha sido grosera o altanera, la actriz comenta que para los famosos sí es incómodo no poder ir a una playa tranquilamente, pensando que puede haber un fotógrafo que tome una imagen que no sea la adecuada. Maribel reconoce que los artistas son vanidosos y siempre quieren lucir bien y si el medio que compra las fotos es mal intencionado, puede publicar una foto desagradable o poner un titular que resulte incómodo.

Relata que una vez que fue a Miami con su esposo Marco y otro persona, fueron a un centro nocturno y ella se paró a bailar con su amigo y entonces el encabezado decía: “Maribel Guardia engaña a su marido y se mueve provocativamente frente a otro hombre”, y si no hubiera estado ahí su marido, podría haber existido un mal entendido.

Es comprensible que sea cansado no poder ir de vacaciones a gusto, pero es parte de la fama y hay que procurar entenderlo, pero en ocasiones es complicado. Maribel asegura que Livia Brito es una chica encantadora y desconoce el porqué de su reacción, pero asegura que es un gran ser humano.

La cantante relata que en una ocasión le estaban tomando fotos en una playa y le habló a la policía, quienes lograron detener al paparazzi. Ella se acercó, le pidió al sujeto la memoria y además le dio 2 mil pesos para no arruinar su trabajo, el fotógrafo le entregó otra tarjeta y de todas formas vendió las fotos, por eso considera que algunos paparazzi son decentes y otros son agresivos, pues buscan provocar al artista para obtener una fotografía escandalosa. En algunas ocasiones los paparazzi han causado accidentes, han destruido relaciones o han sido golpeados, porque son intrépidos y en su deseo de obtener material único: son capaces de cualquier cosa.

Por supuesto no se justifica la violencia, pero creo que en el caso de Livia Brito y su novio Mariano Martínez, donde golpearon de manera abusiva a un paparazzo (además de robarle las cosas), se debe resarcir el daño y pagar el equipo de trabajo y los gastos médicos derivados de los golpes que le propinaron a Ernesto Zepeda.

Sin duda es una profesión riesgosa, pero en ocasiones obtienen buenas ganancias, aunque en estos tiempos las fotografías exclusivas ya no se pagan tan bien, ya que cualquier persona puede tomar fotos y venderlas, así que toda la población se ha convertido en ese personaje que detestan los famosos. La palabra paparazzi habla de “una conducta realizada por un fisgón, entrometido y sin escrúpulos al ejercer su oficio de fotógrafo”. Por cierto, el nombre salió de un personaje llamado Paparazzo de la película de Federico Fellini, La Dolce Vitta y así se les denomina desde entonces, a los fotógrafos de la llamada prensa rosa que se dedican a fotografiar a las celebridades, por lo general, sin pedir permiso.

Livia Brito no será la primera, ni la última que ha peleado con un fotógrafo, por un lado se entiende su deseo de tener privacidad, pero por otra parte nada justifica la violencia y un sin número de famosos han tenido que enfrentar la ley por agredir a los reporteros o paparazzi. Recientemente vimos a Eduardo Yáñez, quien golpeó a un reportero y ahora está en espera de que el juez imponga la cantidad que tendrá que pagar por no medir las consecuencias de su arranque de ira.

Hay másÔǪ, pero hasta ahí les cuento.

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