Después de mucho tiempo de espera, arrancó la temporada de Fórmula Uno, y justo como lo prometieron los dos monoplazas de Red Bull: comenzaron el año peleando con los dos Mercedes desde el Gran Premio de Bahréin.
A pesar de que la pretemporada fue muy corta, y Sergio Pérez sólo clasificó en la posición 11 para la primera parada del año, el mexicano le sacó el máximo provecho a su RB16B, y luego de 40 vueltas, se ubicaba en la cuarta posición, debajo de Max Verstappen, Lewis Hamilton y Valtteri Bottas.
Posterior a las paradas en pits de los dos Alpha Tauri, Ferrari y McLaren, Checo cayó a la séptima plaza, mientras que la batalla por la bandera a cuadros se daba entre Hamlton y Verstappen.
Las últimas cinco vueltas del Gran Premio de Bahréin fueron de alarido entre los pilotos principales de Mercedes y Red Bull. Verstappen a dos segundos de Hamilton, mientras que el británico conservaba la posición, el neerlandés luchaba en cada curva por el espacio para rebasar.
Restaban menos de dos vueltas en el Circuito Internacional de Sakhir, y Verstappen ya estaba a menos de un segundo de Hamilton, en lo que promete ser la pelea por todo el campeonato.
En las otras posiciones, Bottas estaba cómodo en tercer lugar, pero ya muy lejos de pelear con Verstappen, y el mexicano Pérez se colocó quinto luego de rebasar a Charles Leclerc, de Ferrari.
Al final, ya no hubo tiempo para Verstappen, y fue Hamilton, siete veces campeón del mundo, quien se llevó el primer Gran Premio de la temporada, y el neerlandés de Red Bull quedó a menos de un segundo del inglés.
Sergio Checo Pérez arrancó en la undécima posición, y remontó seis puestos para terminar en quinto lugar en su primera carrera como piloto de Red Bull.