México.- Julio César Chávez sabe lo que es, lo que fue y lo que pudo haber sido. El pugilista más importante que ha tenido el país estará en Guadalajara el próximo 19 de junio para ofrecer su última pelea de exhibición, ahora ante Héctor Camacho Jr., hijo del folclórico Macho Camacho, en el estadio Jalisco. A pesar de que acepta que el físico no le da para seguir compitiendo, el gran campeón mexicano lo hará una vez más para conmemorar el legado de su amigo, con quien tuvo su pelea más mediática.

La dinastía Chávez también significa una parte importante de su legado y aunque las carreras de sus hijos ya no dependen de él, y nunca lograron despegar Julio hubiera querido, al menos por esa noche compartirá función con ellos y espera la victoria, previo al Día del Padre. Eso sí, cuando se baje del ring por última vez estará satisfecho por lo realizado en tantos años de carrera. Su marca y leyenda ahí queda.

Y a pesar de que le cueste decirlo explícitamente, siempre ha insinuado entre líneas que no habrá otro boxeador como él en la historia de México, incluido Saúl álvarez, el peleador más importante del momento y que ha dicho abiertamente que quiere ser el mejor pugilista mexicano de todos los tiempos.

¿Qué piensa sobre Saúl álvarez y las declaraciones de Eddy Reynoso, su entrenador, sobre que al final de su carrera será el mejor boxeador en la historia de México?

Sí, puede ser, ¿por qué no?, es su mánager y lógicamente él cuida su producto. El Canelo es un gran peleador que se ha ganado a pulso lo que tiene. Definitivamente no va a ser mejor que yo porque él ya perdió una pelea y yo llegué a 90 peleas invicto. Los estilos son diferentes. Lo que él tiene se lo ha ganado a pulso y a veces recibe críticas injustas de la gente, pero el público así es.

¿Cómo surgió la amistad con Héctor Macho Camacho?

Fuimos muy amigos abajo del ring porque nunca me ofendió en el sentido de faltarme al respeto, como lo hizo Greg Haugen, como lo hizo Edwin Rosario, como varios peleadores. Abajo del ring éramos muy buenos amigos, inclusive nos íbamos a pistear de parranda por ahí y éramos un desmadre. Arriba del ring fuimos enemigos. Fue la pelea más mediática que tuve en toda mi carrera. Los boletos se vendieron en media hora, se rompieron todos los récords, fue la pelea que paralizó México. Yo ya no iba a hacer exhibiciones porque mi cuerpo ya batalla mucho, me cobra factura. Cuando me dijeron que era un homenaje a Macho Camacho no la acepté de inmediato, lógicamente tampoco me gustó el rival, su hijo, porque de alguna otra forma va a querer vengarse, va a querer lucirse, es por eso que he tomado las cosas con mucha seriedad para este compromiso.

¿Qué significa compartir cartelera con sus hijos Julio César y Omar? ¿Está satisfecho con la carrera que ambos han tenido?

Lógicamente no estoy satisfecho con la carrera que han realizado, porque creo que se han desviado un poquito y no han hecho lo que ellos pudieran haber logrado. No porque sean mis hijos, pero tienen muchas facultades para este deporte. Desafortunadamente cuando no te preparas a conciencia, echas a perder todo eso. Yo quise hacer esta exhibición porque yo quiero que le quede de recuerdo a ellos en vida. Yo estoy más paÔÇÖ allá que paÔÇÖ acá, yo en cualquier rato me voy de este mundo y entonces quisiera y quise que este recuerdo les quede ellos en vida, aparte de que me regalen un triunfo, porque al otro día es el Día del Padre y es por eso que acepté que pelearan en la función.

¿Qué legado deja en el boxeo?

El legado ya lo dejé. Lo bailado nadie me lo quita. El legado de llegar a 90 peleas invicto, llenar el estadio Azteca, llenar el álamo Dome. Tengo miles de récords. Lo más importante es esta exhibición, porque yo la hice con algo benéfico y ahora todos los peleadores han vuelto; yo les dejo ese legado. Ya volvió (Mike) Tyson, volvió (Marco Antonio) Barrera, volvió (Érik) Morales, va a volver Juan Manuel Márquez, (Miguel) Cotto, (Evander) Holyfield, (Óscar) De la Hoya. Ahora todos van a regresar y yo ya me voy.

¿Ha reflexionado sobre lo que pudo haber sido su carrera, pudo haber sido aún mejor?

Hubiera sido no solo el mejor peleador de México, sino de todo el mundo, porque ese récord quién lo hubiera tenido. Desafortunadamente cuando llegué a 90 peleas invicto sentí que ya lo había logrado todo y entonces me desvié por el camino equivocado; empezaron a venir las derrotas, lógicamente también venían las victorias, porque yo era un peleador natural, un peleador bueno. Definitivamente yo hubiera llegado a más de cien peleas invicto.