Enrique Campos
Enrique Campos

Los numeritos
Por: Enrique Campos
Twitter: @campossuarez

Ante las evidencias, el chiste. No le gusta el chorizo, pero sí la butifarra.

Más allá del embutido que se prefiera, lo cierto es que la información parte de un documento de la Presidencia, de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, que tiene una asignación presupuestal y en la que se incluye una partida de 335 mil pesos para longaniza.

¿No se fijaron que en el documento publicado bajo el escudo nacional, llamado Programa Anual de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público 2019 (DOS MIL DIECINUEVE), había asignaciones de medio millón de pesos para bistecs de res, o los chorizos o el jamón de pavo que se viralizaron por sus altos precios?

Por supuesto que es posible que se trate de un descuido, de un error, de una impericia o de una incompetencia. No sería la primera vez en esta administración que les ocurra con el manejo presupuestal, pero deja ver algo: sea a esos precios, o no, pero el Presidente lo tiene todo con cargo al erario.

Y la verdad, ¡qué bueno! Es más, ojalá se hubieran quedado el avión presidencial para no tener que pasar la pena de las ausencias del presidente Andrés Manuel López Obrador en los grandes foros mundiales.

Un primer mandatario debe preocuparse sólo por gobernar y todo lo demás lo debe tener resuelto. No importa el nombre de quien se trate, es por su investidura.

Y no pueden decir que eso de darle todas las facilidades a un Presidente es un pensamiento fifí, neoliberal y neoporfirista, porque el propio López Obrador ha decidido facilitarse la vida ¡viviendo en Palacio Nacional!

El punto es que este “Chorizogate” deja ver que no siempre parten de la base correcta para aplicar sus políticas públicas. Lo mismo ocurrió con la cancelación del aeropuerto de Texcoco, una pobre visión de las cosas provocó una crisis de confianza mayor.

El Presidente tiene la idea fija de que nadie en el servicio público debe ganar más que él. De hecho, una de las primeras órdenes que dio a sus diputados y senadores fue promover esa modificación legal.

Así se hizo, pero se hizo mal y el Poder Judicial se los frenó. Ahora, ahí están los diputados de Morena desesperados para tapar los vicios legales de su Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, para lograr el capricho presidencial.

Pero lo que no quieren ver López Obrador, ni los obedientes legisladores que le acompañan es que el ingreso compuesto del Presidente es mucho más alto que el que tiene en la nómina.

Supongamos, pues, que no le compran chorizo de 16 mil pesos el kilo, pero su butifarra, o el puchero de res o los frijoles con veneno que tanto le gustan son con cargo al erario.

La luz, el gas, sus camionetas y seguramente hasta sus corbatas que nunca repite nos cuestan. Y qué bueno, insisto, que así sea, pero los demás funcionarios públicos se supone que tienen que ir al mercado por su propia longaniza. Así que, cuenten bien el ingreso presidencial.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.

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