FELIPE CARRILLO PUERTO, Q. Roo.ÔÇö Si bien ya se logró importante avance en el control y sofocamiento del incendio en Sian Kaán, que cumplió 13 días, el fuego ya consumió cerca de tres mil hectáreas, principalmente de sabana, no de selva, ecosistemas que son frágiles, vulnerables y albergan una gran biodiversidad y, por tanto, es de gran importancia conservarlos, manifestó Liliana García Ramírez, directora de Programas de la Reserva de la Biosfera.

Las áreas Naturales Protegidas (ANP) son un buen instrumento de política ambiental de conservación. En las comunidades cercanas se tiene a veces la imagen o percepción de que la Reserva puede representar un obstáculo para el desarrollo, pero si conocemos y nos involucramos en su manejo y sabemos las limitantes y actividades que se pueden realizar, podemos coexistir de manera armónica, señaló.

Luego de recordar que Amigos de Sian KaÔÇÖan nació en 1986 a propósito de la creación de la reserva, que tiene 652 mil hectáreas, dijo que pareciera que 3 mil hectáreas son pocas, pero el daño es grave porque se evita la conectividad y los corredores biológicos se cortan, independientemente de la biodiversidad que se pierde y los animales que resultan afectados.

Ante las versiones que responsabilizan a pescadores o cazadores furtivos, en entrevista para el noticiero matutino de Radio Fórmula, recordó que la Conanp y Conafor tienen sendos programas públicos para prevenir y manejar el fuego. Sin embargo, la extensión es tan grande que es difícil supervisar y vigilarla.

Es difícil conocer las causas. La autoridad misma está en el deslinde de responsabilidades, pero es conveniente saber que la caza ha sido una práctica tradicional, que data de varias generaciones y está presente en muchas culturas, no sólo en la maya. Es una actividad que se realiza para la subsistencia y para tener acceso a proteína animal.

Sin embargo, apuntó que hace años había cierto equilibrio y se tomaba de la naturaleza únicamente lo que se necesitaba. Hoy se tienen muchas presiones sobre esas áreas naturales y, en general, sobre los recursos naturales y es difícil decir si esta práctica ancestral es negativa.

El reto es adentrarnos y conocer más acerca de las motivaciones de estas actividades tradicionales, porque no sólo implican llevar alimento y proteína animal a los hogares, sino que se trata de actividades llenas de simbolismos que también implican momentos de convivencia, reconocer habilidades de los cazadores y obtener posiciones de privilegio dentro de las comunidades. También hay actividades tradicionales agrícolas, como la roza, tumba y quema que generan incendios, indicó.

García Ramírez indicó que por falta de normas, cuidado, conciencia y educación ambiental hay accidentes que generan incendios, pero en la medida que se comunique y transmita información y conocimiento, todos los ciudadanos tendrán más herramientas para un mejor uso de los recursos naturales.

A manera de ejemplo, refirió que como parte de la actividad preventiva se trabaja con pescadores de Punta Allen, que se localiza dentro de la reserva de la biosfera de Sian KaÔÇÖan, con quienes se promueve la pesca sustentable y responsable de langosta, especie de la que extraen lo que requieren para su subsistencia y respetan las vedas.

Por último, sostuvo que en incendio deja lecciones, como la necesidad de tomar conciencia de lo que está pasando.

Hay que trabajar de cerca con las comunidades que están cerca de la zona de influencia de la reserva para desarrollar con ellos de manera participativa algunos esquemas que permitan diversificar sus actividades económico-productivas y no dedicarse sólo a las prácticas tradicionales. Una opción es fomentar los huertos y la cría de traspatio, manifestó.

En ese sentido, destacó que algunos chefs de la Riviera Maya, como Juan Pablo Loza y Karla Enciso, se han sumado a ese proyecto y organizan cenas con causa, dado que en algunos restaurantes se usa el venado para preparar platillos. “Es importante que todos conozcamos los productos que compramos, para adquirir sólo los que sean sostenibles y sustentables”.

En el caso del venado, recordó que hay UMAS que operan legalmente y en los que se cría a la especie para vender su carne.

Con información de INFOQROO

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