La divisa del poder
Por:
Adrián Trejo
Correo: engranev@yahoo.com.mx // Twtter: @adriantrejo

¿Cómo se llama al hecho de apropiarse de algo ajeno y luego pedir dinero por él a cambio de su libertad? Secuestro.

Efectivamente, eso es lo que ha hecho la CNTE con Michoacán, recientemente, y con otros estados como Oaxaca en meses pasados.

La CNTE le puso precio al desalojo de las vías del tren que tiene secuestradas desde hace casi dos semanas: 5,000 millones de pesos.

El Gobierno federal entregó la semana pasada mil millones de pesos para pagar las quincenas de enero al magisterio michoacano, y se comprometió a crear plazas para los egresados de las normales a partir de 2015.

Pero ni eso les fue suficiente a los supuestos maestros.

El daño que han provocado a una región muy importante del país es superior a la cantidad que reclaman.

Pero sin duda el daño más grave es el que se causa al Estado de Derecho.

Aun cuando el Gobierno federal ÔÇôel estatal está de mirón- reconoció la validez de las demandas y en consecuencia pagó lo que se debía, para la disidencia magisterial es insuficiente.

Las demandas económicas se pueden suplir, pero las políticas, las que van más allá del ámbito meramente educativo, pasan por una negociación en la que ni el Gobierno federal ni el estatal pueden o deben ceder.

Porque con la CNTE es el cuento de nunca acabar.

Ya en su desesperación, el secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, pidió al gobernador Silvano Aureoles “actuar en consecuenciaÔÇÖÔÇÖ para desalojar las vías del tren, pero el gobernador le respondió que las vías de ferrocarril son responsabilidad federal.

O sea, que no habrá solución si el Gobierno se empeña en mantener su promesa de “no reprimirÔÇÖÔÇÖ o mientras no pague un rescate de 5,000 millones de pesos.

¿Qué ocurrirá primero?

Haga su apuesta.

ÔÇóÔÇóÔÇó

El PAN presentó una denuncia ante la Secretaría de la Función Pública para que se investigue la responsabilidad en la que pudieron haber incurrido funcionarios federales en la explosión de Tlahuelilpan, que ya costó más de un centenar de vidas.

La denuncia tendría que haberse presentado ante la Fiscalía General, pero, como la dependencia tiene ya iniciadas varias carpetas de investigación, a los panistas no les quedó más que acudir a la SFP para no dejar morir el asunto.

Si hubiera una sanción ÔÇôdudamos que ello ocurra-, será administrativa porque la parte penal no camina por Insurgentes.

Pero había que hacerse notar.

ÔÇóÔÇóÔÇó

Una de dos, o el gobierno de López Obrador ya encontró la olla de oro al final del arcoíris o las cuentas del presupuesto las hicieron mal porque nomás no se entiende de dónde sacará ÔÇôy saca- recursos para proyectos y programas.

Eso de crear a oportunidades en los pueblos que se dedican al huachicol tiene un costo de por los menos 100 mil millones de pesos.

Y que no digan que ya estaban en el presupuesto, porque nadie lo veía venir.

Y ahora que México se prepara para recibir a oootra caravana migrante, deberá de soltar algo así como cuatro millones de pesos diarios para atender a dos mil personas, darles de comer, atención médica, asistencia consular, más lo que se acumule.

¿Seguiremos siendo el cuerno de la abundancia?

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