Alejada por completo del universo cinematográfico de DC Comics en cuanto a acabado visual, la película Guasón (Joker) llegará a los cines de México el primer minuto del viernes, precedida del León de Oro de Venecia y una crítica dividida que, sin embargo, muy probablemente la encarrilarán rumbo al Óscar.

Dirigida por Todd Phillips (saga ¿Qué Pasó Ayer?) y estelarizada por Joaquin Phoenix, esta historia sobre el mítico enemigo de Batman no pasará inadvertida, pues su intérprete despierta, a lo largo de dos horas de trama, todo tipo de emociones de principio a fin: ternura, compasión, risa, enojo y miedo.

“Arthur Fleck es un payaso que baila y se da esperanza a sí mismo porque es un marginado de la sociedad. Baila y sonríe porque quiere, pero su entorno lo hace llorar y mostrar su frustración y su dolor. Ahí hay un punto de inicio de por qué Arthur es como es”, señala Phoenix, en entrevista.

“Es un hecho que mostramos a un hombre desalentado por todo y, sobre todo, invisible para la sociedad. Quien lo ve, lo rechaza y lo discrimina… la realidad no está alejada de lo que sucede con muchísima gente en el mundo”, apunta Phillips, quien también coescribió el guión con Scott Silver.

El periplo fílmico del personaje central comienza con humillaciones y maltratos de extraños desde que trata de cumplir con su trabajo de payaso.

Sin ninguna referencia tomada de los cómics, Phillips le da forma a un poderoso relato de un ser enfermo (que toma antidepresivos para contener sus ataques de risa demencial) que enfrenta con aparente entereza su ruinoso día a día con una madre enferma en medio de su estrechez económica.

Arthur, quien sueña con ser standupero, empieza, con una narrativa estrujante, a perder su batalla por mantenerse cuerdo debido al desprecio, indiferencia e intolerancia que recibe.

Entonces deja de predicar su mantra materno: “Ella me dice que sonría y ponga una cara feliz. Me dijo que tenía un propósito: traer risas y diversión al mundo”.

Así, el enojo, la indignación y la impotencia revolucionarán su interior para convertirlo en otro ser, un Guasón que, tras asesinar a unos abusivos yuppies en defensa propia, se tornará emblema de la resistencia civil en una Ciudad Gótica pobre, corrupta e intolerante.

“La máscara de payaso es muy simbólica y Arthur termina escondiéndose en un rostro distinto porque con el real, con su cuerpo, con su forma de ser, no es aceptado. ¿No es irónico?

“Hoy, que es la era de lo genuino, de lo natural, es cuando parece más correcto y aceptado vivir de fotos con filtros y fingiendo”, resalta Phoenix, de 44 años.

Bajo el cobijo de Bradley Cooper en la producción, la historia, que cuenta con las actuaciones de Robert De Niro, Frances Conroy y Zazie Beetz, se tornará hostil, violenta, escandalosa con el resentimiento desbordado de Guasón, cuyos actos celebrarán otros tantos marginados como él.

Al compás de “That’s Life” y “Send in the Clowns”, ahora sí Guasón reirá pleno, a placer, con un fondo social desastroso que ni en las mejores cintas de Batman asoma.

Con información de Reforma

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