El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que en caso de ser reelegido, aplicará una política migratoria aún más dura que la de sus primeros cuatro años de mandato.
Por su parte declaró Stephen Miller, su principal consejero en inmigración, que las cuatro prioridades en la futura política migratoria de Trump serán: límites al asilo, penalizar a las ciudades que amparen a los inmigrantes indocumentados, seguir recortando las visas para ciertos viajeros, y nuevas restricciones a las visas de trabajo.
“En muchos casos, la solución a los problemas del sistema de inmigración y el restablecimiento de algún grado de sensatez en los programas de inmigración requieren reformar las reglas”, aseguró Miller.
El concejal advirtió que a Trump le gustaría ampliar a todo el mundo este tipo de acuerdos para “compartir las cargas”
“Si uno creara asociaciones seguras con terceras partes, en otros continentes y otros países y regiones, tendría la capacidad de compartir la carga de los solicitantes de asilo sobre una base global”, añadió.
Como un ejemplo se puede resaltar el denominado Memorando de Protección de Migrantes (MPP, en inglés), que desde comienzos de 2019 ha deportado a México a decenas de miles de personas, en su mayoría centroamericanos, que se presentaron a las autoridades pidiendo asilo.
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Habrá castigos
Asegura que las ciudades cuyas autoridades locales se nieguen a colaborar con las federales en materia de inmigración, llamadas “santuarios”, Miller dijo que “habrá un gran contraste con una acción realmente agresiva”.
Trump impulsará un proyecto de ley del senador Thom Tillis, de Carolina del Norte, que castigará a las jurisdicciones que otorguen santuario e “ilegalizará la práctica” del amparo a los indocumentados.
Con información de El Imparcial