El oxígeno es el elemento más común después del hidrógeno y el helio en la atmósfera de Júpiter, y puede haber sido el condensador primario (como hielo de agua) en el disco protoplanetario, resume la revista digital Nature Astronomy.

La misión espacial Juno, de la NASA, que investiga Júpiter, confirmó que existe agua en el planeta más grande del sistema solar.

Nature Astronomy explica que antes de la misión Juno, las mediciones in situ de la abundancia de agua de Júpiter se obtuvieron de la sonda Galileo, que cayó en un sitio meteorológicamente anómalo.

Los resultados de la sonda Galileo no fueron concluyentes porque la concentración de agua seguía aumentando cuando la sonda dejó de enviar datos.

Informó sobre la abundancia de agua en la región ecuatorial (0 a 4 grados de latitud norte), en base a datos tomados a 1.25 a 22 GHz del radiómetro de microondas Juno, probando presiones de aproximadamente 0.7 a 30 bar.

Debido a que Juno descubrió que la atmósfera profunda es sorprendentemente variable en función de la latitud, queda por confirmar si la abundancia ecuatorial representa la abundancia de agua global de Júpiter.

Esa información permite estimar que en la región ecuatorial de Júpiter aproximadamente el 0.25% de las moléculas de su atmósfera son moléculas de agua ÔÇöátomos de hidrógeno y oxígenoÔÇö, casi el triple que en el Sol.

En 1995, los datos que obtuvo la misión Galileo de la agencia espacial de EU sugirieron que Júpiter podría ser extremadamente seco en comparación con el Sol.

Los científicos contemplan que Júpiter fue el primer planeta que se formó en nuestro sistema solar y habría absorbido la mayor parte del polvo y el gas que dejó la formación del Sol.

FORMACIÓN DE JÚPITER Y BÚSQUEDA DE AGUA

Según publicó el portal RT, los científicos contemplan que Júpiter fue el primer planeta que se formó en nuestro sistema solar y habría absorbido la mayor parte del polvo y el gas que dejó la formación del Sol.

Averiguar cuánta agua absorbió durante ese proceso ayudaría a elaborar teorías sostenibles para explicar su formación y comprender tanto su meteorología como su estructura interna.

A pesar de que la sonda Voyager y otras naves espaciales captaron en su atmósfera un rayo ÔÇöfenómeno típicamente alimentado por la humedadÔÇö, la estimación de las cantidades de agua resultaba dificultosa.

Actualmente, Juno se dirige hacia el norte de Júpiter y está previsto que realice su vigesimoquinto sobrevuelo científico de ese planeta el 10 de abril, para recopilar más información y compararla con las mediciones obtenidas.

Scott Bolton, integrante del Instituto de Investigación del Suroeste en San Antonio (Texas, EU), destaca que “con Júpiter siempre hay algo nuevo” y Juno ha enseñado “una lección importante: necesitamos acercarnos a un planeta para probar nuestras teorías”.

Con información de Sin Embargo y RT