CDMX.- Varios miembros del jurado que declararon culpable al ex líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, por narcotrafico en Nueva York, Estados Unidos, leyeron del caso a través de redes sociales y medios, por lo que se considera como romper las reglas impuestas por el juez, aseguró uno de ellos de forma anónima.

Uno de los jurados declaró bajo anonimato que él y algunos miembros más, acudieron constantemente a redes sociales para leer sobre el proceso contra el narcotraficante.

“¿Juicio justo? #Chapolibre”, señaló uno de los abogados, Eduardo Balarezo, a través de su cuenta oficial de Twitter.

Según la fuente anónima, afirmó que los miembros del jurado mintieron al juez del caso Brian Cogan, sobre leer la cobertura a través de redes sobre el juicio.

Una de las más leídas por los miembros, fue cuando la prensa filtró documentos en los que se aseguraba que El Chapo habría pagado para mantener sexo con niñas.

Según el anónimo, se enteró por Twitter de que el magistrado podría reunirse con ellos, así que previno a los demás, diciéndoles que sí habían visto lo que sucedió, mantuvieran una expresión serena y lo negaran.

De igual manera, el miembro anónimo dijo que dichas noticias no influyeron en la decisión final, pues argumentó que muchos se sentían tristes de que Guzmán pasara el resto de su vida entre las rejas, sin embargo, añadió que otros se encontraban aterrorizados.

“Muchas personas tenían dificultades para pensar que él estaba en régimen de aislamiento, porque, bueno, ya saben, todos somos seres humanos, la gente comete errores”, dijo el miembro del jurado.

De los 56 testigos que presentó la Fiscalía, de los cuales 14 trataban de testigos cooperantes que fueron detenidos por narcotraficantes.

El anónimo añadió que también rompieron otra de las reglas, cuando comentaron el caso una vez terminadas las jornadas, al regresar a sus casas o en los descansos durante las sesiones.

Las deliberaciones duraron seis jornadas más de las que se esperaban, pues aparentemente, el caso estaba claro para la mayoría, sin embargo, para una de ellos el caso era muy confuso.

“Ella decía que sí, luego se iba a casa y al día siguiente nos decía: ÔÇÿSaben, pensé en ello y he cambiado de opinión”, lo que forzaba a regresar las deliberaciones en casos concretos.

Finalizó diciendo que no había mucho que estuviera en manos de la defensa de El Chapo, pues había demasiada evidencia demostrada en su contra.

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