Pánico se torna en Venezuela.
Pánico se torna en Venezuela.

Pánico se torna en Venezuela; Juan Hernández lleva veinte años repartiendo agua en Venezuela. Veinte años menos cinco días. Los que lleva sin poder trabajar por culpa de la falta de gasolina en el país caribeño, donde, a pesar de sus grandes reservas petroleras, empieza a instalarse el pánico por su escasez, cada vez más aguda, en medio de la pandemia.

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Muchos temen que el desabastecimiento impida la distribución de alimentos a supermercados o a la movilización de vehículos imprescindibles para el mínimo funcionamiento del país, mientras prolifera la venta ilegal de gasolina y las estampas de esperas interminables en las estaciones de servicio no suelen tener final feliz. En ocasiones, violento.

“Esta es la primera vez que hago esta cola, porque no habíamos trabajado”, explica a Efe Wilmer Suárez, transportista de alimentos, cuando llevaba más de tres horas esperando en una gasolinera de la ciudad de Guatire, cercana a Caracas.

Pero Suárez tenía por delante cientos de vehículos y temía, en el peor de los casos, no poder repostar. En el mejor, quizás tendría oportunidad de echar a su depósito algunos litros y para eso quedaban horas de cola y mucha paciencia.

“Tengo solo medio tanque”, lamenta el joven de 27 años que solía distribuir media tonelada de alimentos diarios -incluso en medio de la cuarentena impuesta para atajar la COVID-19- en un viejo camión repartidor, antes de que la escasez de combustible trastocara sus rutinas.

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Pánico se torna en Venezuela; El buscar gasolina y regresar con menos.

Muchos de los que hacen las largas filas se irán con menos combustible del que tenían cuando salieron de casa, como le sucedió ya tres veces al transportista Mario Suárez.

“Estoy sin gasolina y con la esperanza (de repostar), pero ya la he hecho tres veces (la fila) y no he podido”, relata a Efe el hombre de 63 años desde una larga cola en el centro de Caracas. “Estoy esperanzado, a ver si llegamos”, añade.

Suárez teme al nuevo coronavirus y usa una mascarilla, obligatoria en el país para evitar los contagios, pero también teme por la inseguridad que sufre Venezuela mientras aguarda su turno: el domingo un hombre recibió un disparo de bala cuando se resistió a un robo en una gasolinera de Caracas.

Con información de: El Heraldo