Birmania protestas

Represiones dejan otros diez muertos en Birmania. Las fuerzas de seguridad siguen usando munición real para frenar las propuestas, lo que habla del fracaso de la política internacional para frenar la escalada de violencia, desatada tras el golpe de Estado militar en el país.

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Siete personas prodemócratas murieron durante una protesta en Monywa; mientras que a 130 kilómetros de distancia, en Mandalay, la segunda ciudad del país, dos manifestantes perdieron la vida al recibir disparos en la cabeza y en el pecho, según un médico, que pidió el anonimato por miedo a represalias.En Myingyan, un hombre de 20 años murió y otras 17 personas resultaron heridas, según los socorristas.

Las imágenes difundidas en las redes sociales muestran a este joven cubierto de sangre mientras sus amigos lo trasladan lejos de las barricadas. En otros videos se escuchan una serie de detonaciones y a los manifestantes gritar: “¡Nuestra revuelta debe triunfar!”.

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“Las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos, munición de goma y balas reales”, según un rescatista presente en el lugar.

La jornada del domingo fue especialmente mortal con al menos 18 manifestantes fallecidos, según Naciones Unidas.

Represiones dejan otros diez muertos en Birmania; ejército ignora condenas de la ONU

Con cortes de internet, un refuerzo del arsenal represivo y olas de detenciones, la junta militar no ha dejado de intentar asfixiar a sus detractores desde el golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, el 1 de febrero.

Al expresidente de la República, Win Myint, que ya fue acusado de no respetar las restricciones vinculadas con la pandemia, se le acusa ahora de violar la Constitución, indicó su abogado Khin Maung Zaw.

Aung San Suu Kyi, que continúa detenida en un lugar secreto, enfrenta cuatro cargos, entre ellos “incitación a desórdenes públicos”.

El ejército sigue ignorando las condenas internacionales. El embajador birmano en Naciones Unidas, Kyaw Moe Tun, rompió con los generales golpistas la semana pasada, llamando a “poner fin al golpe de Estado”.

El Consejo de Seguridad abordará de nuevo la situación en Birmania el viernes a petición del Reino Unido. A principios de febrero, sus 15 miembros expresaron su inquietud en una declaración, pero sin condenar el golpe de Estado, ya que Pekín y Moscú, aliados tradicionales del ejército birmano, se oponían.

El ejército, que no reconoce el resultado de las elecciones en noviembre en las que se impuso el partido de Suu Kyi, prometió la celebración de nuevos comicios.

Con información de 24 HORAS MÉXICO.