El reparto desigual de las tareas del hogar y de la crianza de los hijos impiden a las madres científicas avanzar en sus proyectos de investigación
El reparto desigual de las tareas del hogar y de la crianza de los hijos impiden a las madres científicas avanzar en sus proyectos de investigación

El reparto desigual de las tareas del hogar y de la crianza de los hijos impiden a las madres científicas avanzar en sus proyectos de investigación, mientras que los hombres cuentan con más tiempo que de costumbre.

Laura Beatriz Montes de Oca Barrera, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, ha abordado en un texto reciente las desigualdades de género y cómo éstas se manifiestan en una carrera desigual en la academia.

En México, hasta 2018, el hombre dedicaba un promedio de 663 horas al año a las labores domésticas, mientras que la mujer ocupaba dos mil 151 horas, esto es 3.2 veces más, de acuerdo con el Sistema de Cuentas de México del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Esta desigualdad se agudiza en el confinamiento, reconoció la investigadora. Contó que todas sus colegas madres, sobre todo las que tienen hijos pequeños tienen que levantarse a tempranas horas para preparar el desayuno de los hijos, alistarlos para sus clases virtuales, preparar la comida, dedicarles cierto tiempo para juegos o crianza, alistar la cena, dormirlos y limpiar antes de iniciar con las tareas de investigación.

“Tenemos que estarnos dividiendo en cinco para hacer las diferentes actividades que antes delegábamos a la escuela o a la ayuda doméstica; ahora no contamos con nada”, comentó.

Los hombres, en cambio, han vivido este período como un lapso sabático en el que se cuenta con más tiempo que de costumbre, señaló.

Lorenzo álvarez Filip, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, reconoció que la cuarentena le ha dado la posibilidad de avanzar en sus investigaciones, en interpretar datos, pensar, escribir, etcétera, pero que esto sólo ha sido posible porque su pareja le ayuda con las tareas del hogar y la crianza de los niños.

“La implicación inmediata para las mujeres es mucha frustración; además, en muchas de ellas es necesaria la producción, pues están en la carrera por tratar de conseguir una plaza de investigación, en un país donde hay muy pocas y ahora se encuentran en desventaja con varones que están produciendo muchísimo”, comentó Montes de Oca.

Por Ricardo Hernández