Pandemia
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CANCÚN.- Lento aprendizaje, problemas en el desarrollo de la personalidad, adicción a la tecnología y cuadros de depresión y ansiedad, son los efectos que la pandemia está dejando en los infantes y adolescentes, indicó la psicóloga Kristel de la Cruz Maza Can, de la Universidad de Quintana Roo.

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Dijo que la ola de la tecnología ya estaba siendo un factor que perjudicaba en la concentración y aprendizaje de los niños, pero con el confinamiento aumentó su uso de manera considerable, debido a que no había alguna actividad alterna que realice y la secuela es que actualmente se les dificulta prestar atención y retener lo enseñado, “lo que evidentemente representará un rezago educativo”,

Lo anterior, es por el lado de lo psicológico, pero en el ámbito emocional, señaló que un niño feliz siempre está inquieto, explora, juega y convive, contrario a uno que se excluye, todo el tiempo quiere siempre estar alado de su madre o padre, presenta taquicardias o tensión muscular.

“Es importante que los padres empiecen a identificar los síntomas y actitudes de sus hijos, porque a veces creen que los menores están enfermos del estómago o que padecen asma, cuando no es así, sino que lo manifiestan de otras maneras”, subrayó.

Señaló que durante la pandemia aumentó la violencia familiar, situación que afectó también el aprendizaje y desarrollo emocional de los niños, e incluso les perjudicó solo el hecho de ver y convivir con familiares que ingerían bebidas alcohólicas, pues es algo que está normalizado en las reuniones.

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Por otro lado, comentó que los jóvenes son más detectables cuando algo les está sucediendo, ya sea que se aíslan, reprimen sus emociones, prefieren no hablar, se autolesionan, e incluso hay enfrentamientos con los padres, pero dejó en claro que, aunque sean un poco más visibles estas características, hay familiares que no lo detectan y llegan a suceder casos más extremos, como los suicidios en jóvenes.

Agregó que los trastornos psicológicos y emocionales en infantes y jóvenes son diferentes, pues las niñas lo manifiestan por medio de llanto o hasta llegan a decir que se sienten mal, mientras que los niños lo exponen a través de la agresividad física; sin embargo, el adolescente si es varón es complicado, porque están acostumbrados a no expresarse, pero no porque no puedan, sino porque no saben cómo.

En las mujeres es más fácil, porque al ser emocionales lo transmiten escribiendo o hablando.