La Secretaría de Educación de Quintana Roo (SEQ) se prepara para contar con espacios en escuelas públicas para todos aquellos alumnos que, por cuestión de crisis económica de sus padres o tutores, migrarán de planteles particulares.

“Aún desconocemos la magnitud de la situación”, dijo el subsecretario de Educación en la Zona Norte, Carlos Gorocica Moreno.

Mencionó que mantienen reuniones virtuales con directivos de planteles escolares, tanto públicos como privados, para garantizar que se concluya con éxito el ciclo escolar vigente.

Con relación a las escuelas privadas, indicó que han trabajado de la mano con las secretarías de Desarrollo Económico y de Finanzas y Planeación, para que conozcan todo un programa de incentivos fiscales.

“Estamos platicando con ellos. Están preocupados porque quieren conservar la matrícula, y bueno, los acuerdos a los que hemos llegado es que sí los vamos a apoyar, pero ellos también deben no condonar, porque necesitan mantener su platilla de docentes, pero sí establecer prórrogas, generar descuentos, e inclusive, ampliar el monto de número de becas y el porcentaje que ofertan en cada ciclo escolar”, explicó.

Con relación a ello, comentó: “Todo esto va a ser deducido de impuestos que tiene que ver con su Revoe, con una serie de situaciones de gravámenes que cobra el Gobierno del estado y que estamos dispuestos a considerar en la medida en que ellos sean flexibles con los padres de familia”.

Aunque por ahora aún está en evaluación los proyectos de construcción y ampliación de aulas de escuelas públicas, adelantó que se debe considerar que para el próximo ciclo escolar se habilitarán espacios para al menos 40 alumnos por salón.

INÉDITO

Como efecto de la pandemia, se ha cerrado un número sin precedentes de escuelas en todo el mundo, en un intento por frenar la propagación del virus.

Las estadísticas mundiales informadas por la Unesco revelan que, desde la última semana de marzo, aproximadamente mil 700 millones de estudiantes de educación preescolar y básica están fuera de la escuela.

Por Elisa Rodríguez