Por Redacción
CDMX.- Un mismo día, diferentes años. Edificios reducidos a amasijos de concreto y metal, miles de damnificados, columnas de humo, decesos y escenas de pánico, es el recuerdo de millones de personas que vivieron en carne propia o a través de las noticias, los terremotos que conmocionaron al país un 19 de septiembre.

Como si de una pesadilla se tratara, en 2017, dos horas después de que los habitantes de la CDMX realizaran un homenaje por el temblor del 85, un sismo de 7.1 los sorprendió violentamente, dejando al descubierto el lado más humano de los mexicanos.

El primer impacto

El 7 de septiembre de 2017, dos semanas antes del aniversario 32 del terremoto de 1985, un sismo de 8.2 grados, el más intenso en casi 100 años, se registró en las cercanías de Pijijiapan, en Chiapas, a las 23:49 horas.

El temblor lo sintieron 50 millones de personas en otras entidades además del epicentro: Oaxaca, Ciudad de México, Guerrero, Tabasco, Puebla y Edomex.

Algunos de los municipios más afectados fueron Juchitán, Ixtepec, Tehuantepec y Salina Cruz.

Deja huella imborrable

Botas y lentes protectores acompañaron a la perrita “Frida” a largo de su trayectoria como rescatista, en donde el eje de su vida fue el entrenamiento constante.

Si bien se llevó los reflectores en las labores de auxilio tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México, participó en otros desastres donde salvó a más de una decena de personas.

Las huellas de “Frida” son imborrables, pero la jubilación le llegó el pasado lunes 24 de junio. Con 10 años y 2 meses de edad, la perrita rescatista superó la edad promedio de retiro que es de entre 7 y 9 años.

El engaño de la niña ‘Frida Sofía’

Durante la transmisión del programa de la periodista Danielle Dithurbide se creó al personaje de “Frida Sofía”, la supuesta niña que estaba atrapada en los escombros de aquel colegio “Enrique Rébsamen”, y que mantuvo en vilo durante días a la prensa internacional esperando su rescate.

De acuerdo con varios testimonios de rescatistas y de autoridades, había una niña de entre 7 y 12 años que se encontraba debajo de una mesa de granito, junto con otras compañeras. Presuntamente la habían logrado ver, e incluso, tocaron su mano, también la escucharon y dijeron que la misma pequeña les mencionó que estaba junto con otros estudiantes.

Los cuerpos de rescate se movilizaron, camillas, oxígeno y medicamento; sin embargo, las dudas comenzaron a surgir, puesto que no había familia que reclamara a ninguna pequeña con ese nombre.

Las horas pasaron y la versión de las maestras de ese colegio decían que todas las Sofías y todas las Fridas o estaban en hospitales, o se encontraban en sus casas, pero no podía haber otra niña atrapada con ese nombre.

Después de varias horas, tras haber dicho que la niña tenía movimiento y estaba siendo hidratada por medio de una sonda, el subsecretario de Marina, ángel Enrique Sarmiento Beltrán, negó esta versión y señaló que la menor no existía, y que ellos nunca tuvieron conocimiento acerca de este personaje.

Ubicación geográfica, ‘enemigo’ del país

El país se encuentra en un área en forma de herradura con alta actividad sísmica que se conoce como el Cinturón de Fuego del Pacífico o Anillo de Fuego, que une a América con Asia.

“En el Cinturón de Fuego del Pacífico tienen lugar el 90% de todos los sismos del mundo, y 80% de los terremotos más grandes”, explicó Hernando Tavera, director del área de sismología del Instituto Geofísico del Perú (IGP).

Además de México, esta región incluye a Japón, Ecuador, Chile, Estados Unidos, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, y parte de Canadá, por un lado del océano.

A la altura de las Islas Aleutianas, en el norte del océano Pacífico, entre Alaska y la península de Kamchatka, se encuentra la curva superior de la herradura, que dobla después para incluir a la costa y las islas de Rusia, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Nueva Zelanda, por el otro.

“El lecho del océano Pacífico reposa sobre varias placas tectónicas y el hecho de que la actividad sísmica sea intensa en el Anillo de Fuego, se debe a la convergencia de éstas y su fricción, lo que hace que se acumule tensión a liberar”, señaló Tavera.

Ahí se encuentran también más del 75% de los volcanes activos e inactivos del mundo; 452 cráteres.

LOS SISMOS MáS DEVASTADORES

  • EN ACAPULCO
    Durante la madrugada del 28 de julio de 1957 se registró un sismo de magnitud 7.8 a unos 60 kilómetros al sureste de Acapulco, Guerrero; derribó el monumento en conmemoración al centenario de la Independencia, y el cual, tras ser restaurado, fue colocado de nuevo sobre su columna.

  • EN ACAMBAY
    Sismo de Acambay, Estado de México, ocurrió el 19 de noviembre de 1912 a las 7:12 horas con magnitud 7, a 90 kilómetros del noroeste de la Ciudad de México, que dejó fracturas en la superficie.

  • XALAPA
    Sucedió el 3 de enero de 1920 con una magnitud 6.4, que dejó 600 víctimas por el deslave de las laderas del río Huitzilapa. Este terremoto es el segundo más mortífero en la historia después del 19 de septiembre de 1985.
  • SIERRA EL MAYOR-CUCAPAH
    A 50 kilómetros al sureste de la ciudad de Mexicali, Baja California, el 4 de abril de 2010 se tuvo un temblor con magnitud 7.2, que provocó la ruptura de una falla con 120 kilómetros de longitud en dirección a la ciudad fronteriza.

  • CIUDAD DE MÉXICO, 1985
    El 19 de septiembre, a las 7:11 horas, se registró un sismo de magnitud 8.1 en las costas de Michoacán. Éste rompió una falla de 180 kilómetros de longitud bajo las costas de ese estado y parte de las de Guerrero. Según cifras oficiales, el temblor dejó 5 mil muertos y 700 edificios colapsados o con daños severos.

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