La divisa del poder
Por: Adrián Trejo
Correo: engranev@yahoo.com.mx // Twitter: @adriantrejo
Catorce policías muertos en una emboscada en Aguililla, Michoacán, es la nueva masacre que obligaría a replantear la lucha del Gobierno en contra de los grupos de la delincuencia organizada.
Pero no es, no será así.
No será porque para la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, masacres como esta “ocurren a diario”, es decir, la sociedad no tendría por qué escandalizarse ni por el número de oficiales fallecidos ni por la forma en la que fueron asesinados.
Sánchez Cordero ha cometido dos dislates en menos de una semana.
El viernes, en León, Guanajuato, aseguró que la Marina sería retirada de todos ÔÇôtodos- los estados para dedicarse a cuidar solamente “puertos y litorales”.
Alguien debió llamarle la atención porque unas horas después, su oficina de comunicación envió un boletín aclarando que el retiro sólo se daría en el estado de Guanajuato, en donde el personal de Marina fue sustituido por la Guardia Nacional, y no en todo el país.
Tampoco podemos esperar un cambio en la estrategia cuando el propio presidente Andrés Manuel López Obrador está convencido de la suya es la correcta.
“Avanzamos sin guerra, ni exterminios, ni razias, sin masacres para recuperar la paz”, dijo en su conferencia mañanera.
El Presidente ha repetido decenas de veces que “el mal no se combate con el mal sino con el bien”, pero ahora eso no consolará a las familias de los 14 policías emboscados y asesinados.
Durante este Gobierno, se ha condenado un día sí y otro también “la guerra” que declaró Felipe Calderón a la delincuencia organizada, pero las cifras que lleva de muertes dolosas ha superado con creces la estadística del panista en el primer año.
Si para la secretaria de Gobernación 14 muertos no es una cifra para espantarse, ¿cuál es entonces la cifra que, según el Gobierno, debemos tener en cuenta para justificar nuestro espanto y la demanda de mayor seguridad?
El asunto es tan grave que el fuchi, guácala, acúsalo con su mamá, parecer hoy una broma macabra.
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El ahora ex líder de las Redes Sociales Progresistas (RSP), Juan Iván Peña Neder, sigue dando de qué hablar.
A las oficinas de Elba Esther Gordillo llegaron audios y videos del ahora ex líder en reuniones con empresarios a quienes, en nombre del mismísimo López Obrador, pide dinero “para la causa”.
Neder será formalmente expulsado de las RSP esta semana, quizá durante la asamblea estatal que se realizará el sábado en Michoacán.
Probablemente el asunto no termine con su expulsión, avalada por todos los representantes estatales, pues a partir de sus conductas hay una corriente que impulsa incluso una demanda penal.
Ya se verá la suerte del avorazado ex dirigente.
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En menos de un mes, el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal ávila, ha presumido en sus redes sociales sus encuentros con el presidente López Obrador, con quien tiene una cercanía que muchos morenistas envidian.
Monreal, como sabe, ha sido para el tabasqueño un operador político eficiente; lo ha reconocido el propio presidente.
Pero en este tiempo de disputa por la presidencia nacional de Morena, tal reconocimiento no hace sino enconar la animadversión que muchos, entre ellos Yeidckol Polevnsky, tiene en su contra.
Ahí la lleva Monreal, en un mano a mano con Marcelo Ebrard como los hombres confiables del Presidente.
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