Por Ricardo Hernández
Puerto Morelos, Q. Roo.- Para determinar el avance del síndrome blanco, enfermedad inédita que aqueja a la segunda barrera arrecifal más importante del mundo, la presidenta del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, María del Carmen García Rivas anunció que se planea realizar nuevas pruebas en julio próximo.

Fue en mayo de 2018 cuando por primera vez se detectó esta enfermedad en México. La próxima evaluación del estado que guarda esta área Natural Protegida (ANP) que se extiende por gran parte del mar de Quintana Roo, se programó para julio o agosto a más tardar. “Entonces podremos saber si la enfermedad se ha expandido o se ha estancado”, expuso.

En marzo pasado trascendió que el 30% de la barrera arrecifal está en peligro a causa de esta enfermedad inaudita, agravada por la intervención humana y el arribo de sargazo.

“Aparte del sargazo, llevamos 40 años vertiendo a los mares aguas residuales y contaminantes que perjudican el medio ambiente y a los arrecifes”, enfatizó la científica.

De avanzar como hasta ahora, el próximo año la enfermedad podría acabar con otro 30% de la barrera y llegar a una afectación total del 60%, expuso.

“La característica de este brote es que afecta a muchas especies y masivamente a las meandroides (como los corales cerebros). Los afectados muestran lesiones que avanzan radialmente en el borde, de las cuales se puede desprender el tejido o simplemente ser consumido, dejando al desnudo su esqueleto”, se lee en los resultados de una primera investigación difundida a principios de año.

Una vez que los corales adquieren la enfermedad, prosigue el texto, mueren en cuestión de semanas. Aunque aún no hay certeza alguna sobre las causas del blanqueamiento, sí se sabe que la presencia de sargazo agrava la situación.

“El alga en descomposición forma ácido sulfhídrico, lo cual hace que baje el oxígeno en el sistema, y esto produce una presión muy importante en los pastos marinos y la superficie. El ensombrecimiento por la isla del sargazo, así como este sistema sin oxígeno y ácido sulfhídrico, provoca que se estresen (los arrecifes) y mueran”, explicó García Rivas.

“Hubo un estudio, luego del huracán Wilma , de sus impactos y de cómo ayudó la barrera arrecifal, y se descubrió que ésta había disminuido 25% el impacto. Esa es la importancia”, remarcó.

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