Summer Worden, una ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea que vive en Kansas, ha estado en medio de una disputa de divorcio en los últimos meses y le sorprendió encontrar que su aún esposa estaba al tanto sobre sus gastos, pese a que llevaban tiempo separadas.

Worden cuestionó a su banco sobre la ubicación de las computadoras que habían accedido recientemente a su cuenta. El banco le respondió que desde una red informática registrada en la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA).

La esposa de Worden, Anne McClain, era una astronauta condecorada de la NASA en una misión de seis meses a bordo de la Estación Espacial Internacional. Estaba a punto de ser parte de la primera caminata espacial femenina de la NASA, que tuvo que ser cancelada porque la agencia no contaba con trajes adecuados para las mujeres.

McClain reconoció que había accedido a la cuenta bancaria desde el espacio, e insistió a través de un abogado que simplemente estaba dirigiendo las finanzas de la pareja, las cuales siguen entrelazadas. Pero Worden presentó una queja ante la Comisión Federal de Comercio y su familia presentó una en la Oficina del Inspector General de la NASA, acusando a McClain de robo de identidad y acceso indebido a sus registros financieros privados.

Los investigadores de la Oficina del Inspector General se han puesto en contacto con Worden y con McClain, tratando de llegar al fondo de lo que podría ser la primera acusación de un crimen cometido en el espacio.

Las cinco agencias espaciales involucradas en la estación espacial, de Estados Unidos, Rusia, Japón, Europa y Canadá, tienen procedimientos establecidos desde hace mucho tiempo para manejar cualquier pregunta jurisdiccional que surja cuando los astronautas de varias naciones orbitan la Tierra juntos.

Pero Mark Sundahl, director del Centro Global de Derecho Espacial de la Universidad Estatal de Cleveland, dijo que no estaba al tanto de ninguna acusación previa de un delito cometido en el espacio. Funcionarios de la NASA dijeron que tampoco sabían de ningún delito cometido en la estación espacial.

McClain, ahora de vuelta en la Tierra, se sometió a una entrevista bajo juramento con el inspector general la semana pasada. Ella sostiene que simplemente estaba haciendo lo que siempre había hecho, con el permiso de Worden, para asegurarse de que las finanzas de la familia estuvieran en orden. Su abogado dijo que ella estaba segura de no haber cometido ningún delito.

No hay nada de cierto en estas acusaciones. Estamos pasando por una dolorosa separación personal que ahora por desgracia está en los medios de comunicación. Valoro el apoyo que he recibido y me reservo cualquier comentario”.

El abogado de McClain afirma que el acceso al banco desde el espacio era un intento de asegurarse de que hubiera fondos suficientes en su cuenta para pagar las cuentas y cuidar al niño que habían estado criando. McClain había hecho lo mismo durante toda la relación, dijo, con el pleno conocimiento de su esposa, quien nunca le aclaró que ya no podría seguir haciéndolo.

Para Sundahl, la primera cuestión que esto abre es si ahora las autoridades pedirán acceder a la red de la NASA, llena de material sensible.

Pero ese tipo de preguntas legales, dijo, serán inevitables a medida que las personas pasen más tiempo en el espacio.

Con información de Reforma

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