Por José Ureña

Andrés no cambia de opinión ÔÇôme dice un senador.

Obvio: se refiere a Andrés Manuel López Obrador.

Y, obvio también, es legislador por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido del tabasqueño.

-Pero en un principio respaldaba a Eva Verónica De Gyvés ÔÇôhurgo con base en información circulante en el cuerpo de abogados, Barra incluida.

-No, me refuta. Desde un principio el elegido es Bernardo Bátiz, un hombre muy cercano a él, de todas sus confianzas, pero con problemas de edad y salud.

-¿Y eso no es motivo de preocupación?

-Sí, pero luego se decidirá si se muestra cansado y decide otras actividades.

Bátiz, reflexiono, panista de formación y ex integrante del Foro Democrático cuando Acción Nacional (PAN) pasó al pragmatismo de los dos últimos decenios del siglo XX.

Se unió al Partido de la Revolución Democrática (PRD) de Cuauhtémoc Cárdenas, y de ahí, a fines del siglo, entregó sus simpatías y su lucha al de Macuspana.

Hoy está a punto de recibir su recompensa.

Claro, según los senadores de Morena.

EL EMPRESARIADO EN SU DISYUNTIVA

El empresariado anda medio perdido.

En tiempos de un presidencialismo fuerte, recuerdos de aquel priato del siglo pasado, no sabe si tendrá un frente para hacerse oír, respetar sus derechos y ser guía en un país hoy en pasmo.

La lucha se decidirá en los próximos días y, dicen dentro del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), será a muerte entre Carlos Salazar y Bosco de la Vega.

El primero tiene el respaldo del Grupo Monterrey, clave en tiempos de aquel presidencialismo fuerte de Luis Echeverría y José López Portillo, cuyos tiempos hoy son equiparables, por no decir iguales.

Ex director general de Femsa, Salazar, trabaja con las estructuras del Consejo ÔÇôcámaras, asociaciones, etcétera-, mientras De la Vega hace una gran promoción en medios.

En el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) acusan a éste de jamás haber propiciado un consenso interno y sí de causar un enrarecimiento en el proceso de su propia sucesión.

Inclusive impulsó a dos candidatos ajenos al CNA, Manuel Herrera, ex presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), y Luis Antonio Mahbub, ex dirigente de los comerciantes.

El ganador definirá si hay contrapeso con el Gobierno.

Una simple revisión de comportamientos lanza una advertencia preocupante: sólo quedarían como voz alternativa el Poder Judicial y el CCEÔǪ con el Grupo Monterrey de voz.

NADIE SE IRá POR VOLUNTAD PROPIA

Una instrucción recorre todas las oficinas de Gobierno al más alto nivel:
-No hablen de cambios en el gabinete.

Más aún:
-Cuando les pregunten, desmientan.

Y por ese camino avanzan los secretarios de Estado, aunque a sotto voce hablen de desacuerdos internos y sobre todo de renuncias presentadas ante ya saben quién.

Y ya saben quién les ha contestado que continúen sus labores, pues él decidirá cuándo, quién y cómo dejará sus funciones públicas.

No importa si es responsable de políticas internas como la gobernabilidad y de entendimiento con sectores reacios a las políticas públicas del nuevo Gobierno, sobre todo en materia económica.

Gobierno y economía, dos pilares para la paz, la confianza, la inversión y el crecimiento en cualquier país, sobre todo en uno tan necesitado de ambas cosas, como México.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *