La divisa del poder
Por: Adrián Trejo
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Veracruz atraviesa una de las peores crisis de inseguridad, y mire que eso ya es mucho decir considerando los dos gobernadores anteriores.
Hace unos días circuló una carta firmada por, presuntamente, policías estatales que pedían la renuncia de sus jefes operativos y, de paso, del gobernador Cuitláhuac García, a quien definitivamente el cargo le ha quedado grande.
Los veracruzanos han tenido una década trágica.
Desde la administración de Fidel Herrera, en la que comenzaron a permear los grupos de delincuencia organizada, hasta la fallida gestión de Miguel ángel Yunes, no ha habido fuerza estatal, municipal ni federal que haya podido ya no erradicar, sino mitigar, los efectos de la violencia.
Por el contrario, las Policías de casi todos los municipios están infiltradas.
Coatzacoalcos, por ejemplo, es un municipio casi inhabitable.
Los secuestros y asaltos ocurren a todas horas, en cualquier lugar, a la vista de todo mundo sin que la ineficiente Policía ni su presidente municipal hagan algo.
Los operativos federales han sido un fracaso, y de la Policía estatal, ni hablar.
Es más famosa por sus excesos y violaciones a los derechos humanos que por sus éxitos en el combate a la delincuencia.
El caso más reciente es el asesinato de la joven Valeria Cruz Medel, hija de la diputada federal por Morena, Carmen Medel Palma, ocurrido el 8 de noviembre de 2018.
La Procuraduría estatal detuvo en unas horas a cinco presuntos implicados en el crimen; el supuesto autor material, alias el Richi, fue encontrado muerto el día del homicidio.
Unos días después, cuatro de los cinco detenidos fueron dejados en libertad por falta de pruebas, aunque fueron acusados de un ilícito de tránsito que no ameritaba prisión preventiva.
El martes pasado, el fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, presentó a un sexto presunto participante en el crimen, Diego N, quien supuestamente manejó el vehículo en el cual se dieron a la fuga los delincuentes.
Pero la sociedad, que no olvida, cuestionó la detención y el anuncio de Winckler, debido a los antecedentes de noviembre pasado.
El gobernador no da la cara; siempre está en el lugar opuesto de donde se registran actos de violencia.
Ha preferido la foto fácil, el aplauso por compromiso, los actos insulsos, antes que responder a la legítima demanda de seguridad de todos los veracruzanos.
¿Hasta cuándo aguantará la población a sus Gobiernos fallidos?
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Miguel Barbosa Huerta logró unificar a una parte bronca de MorenaÔǪ, pero en su contra.
El dos veces candidato a la gubernatura de Puebla no goza del aprecio que tuvo en su primer intento por ser gobernador.
Sus malquerientes aseguran que sigue enfermo, que casi no ve y que la carga de la campaña será definitoria para demostrar que fue un error haberlo premiado otra vez con la candidatura.
Puede ser, pero por vía de mientras ya se registró y está a la espera del banderazo de arranque para ocupar el cargo que tanto y por todas las vías, legales y otras no tanto, disputó a la fallecida Martha Erika Alonso.
Los poblanos tienen la palabra.
Sólo tienen que mirar a su vecino, Veracruz.
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La CNTE doblegó a los supuestamente intransigentes diputados federales de Morena.
Sí habrá modificación al dictamen y sólo conoceremos los alcances de lo que se negoció cuando se dictamine la iniciativa.
Eso sí, los ex socios de Morena liberan los accesos al Senado y la Cámara de Diputados.