La divisa del poder
Por: Adrián Trejo
Correo: engranev@yahoo.com.mx // Twitter: @adriantrejo
El domingo próximo se cumplirá el primer año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con resultados en el tema económico y de seguridad, para el olvido.
El crecimiento económico será nulo, en el mejor de los casos, y en cuestiones de seguridad las estadísticas del propio Gobierno demuestran que este año será el más violento desde los noventa, cuando se comenzaron las mediciones oficiales del fenómeno.
López Obrador llega a este primer año con una aprobación alta, debido en buena medida al reparto de recursos públicos a través de sus programas sociales que si bien no han servido para reducir la pobreza, sí han representado un placebo para millones de familias mexicanas.
La inversión en infraestructura fue nula o ínfima; el combate a la corrupción no puede ser cuantificado porque la mayoría de los contratos de proveeduría y de construcción se han asignado de manera directa, sin pasar por licitaciones y las pocas que ha habido, han resultado un fiasco por la inexperiencia de quienes las convocan.
Demos por bueno el combate a la corrupción; también la austeridad presupuestal ÔÇôque por momentos estuvo a punto de llegar a mezquindadÔÇô; demos también por bueno el fin de los fastos de los políticos de cualquier nivel.
Ello, si bien resulta rentable mediáticamente, difícilmente podría sostener un año más la popularidad del Presidente.
Con el peor nivel de desempleo desde 2016, con la perspectiva de crecimiento raquítico para 2020, con la contención de la inversión privada nacional pese a fotos y compromisos, el próximo año será de exigencias.
Bien se puede decir que este año el país pagó el costo de aprendizaje del Gobierno lopezobradorista.
El costo ha sido alto, más incluso del que esperaban sus colaboradores; la pericia, el conocimiento del manejo de las instituciones fue cambiado por la “honestidadÔÇÖÔÇÖ, atributo destacable pero absolutamente insuficiente para tomar decisiones que desempantanen la marcha del país.
Gobernar, al final de cuentas, no es tan fácil como dijo.
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El estado de ánimo de la población se podrá medir claramente el domingo próximo, cuando los contingentes que protestarán por la marcha del país y quienes se unirán al festejo del primer año, se manifiesten en las principales vías de la capital.
El Zócalo ya está apartado para los lopezobradoristas; Reforma y el Monumento a la Revolución, el Hemiciclo a Juárez, serán territorios de los ciudadanos que rechazan los resultados del primer año de Gobierno.
Seguramente las autoridades de la capital y las federales ya tomaron las previsiones necesarias para evitar que ambos contingentes se encuentren.
Pues con eso de que desde el Palacio Nacional diario se hacen comentarios que dividen a la sociedad, más vale que no haya contacto.
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El Congreso ÔÇôdiputados y senadoresÔÇô, condenaron de manera unánime la intención del gobierno de Trump de clasificar como terroristas a los cárteles mexicanos de la droga.
Ambas Cámaras ven en el amago de Trump una estrategia intervencionista que no dejarán pasar, dijeron.
Bien.
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El Órgano de Fiscalización del Congreso de Aguascalientes documento anomalías por 400 millones de pesos al Gobierno de la capital del estado que gobierna la panista Teresa Jiménez.
Entre las cuentas que no pudieron ser solventadas está un ingreso menor al esperado por 286 millones de pesos que no fueron cobrados porque no se actualizó el valor catastral de acuerdo a lo establecido en la entidad.
Además se encontraron descuentos a impuestos difíciles de justificar, pues se hicieron deducciones de hasta 99% del pago para algunos servidores públicos de la misma administración.
¿Qué tal?
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